Desde mi punto de vista, no es que se pueda, es que se le debe decir que no cuando algo no va a funcionar y no va a tener el resultado que espera. Siempre con argumentos, claro. Cuando una empresa contrata a un consultor externo o a una agencia de comunicación lo hace por múltiples razones, desde filosofía de la empresa hasta la falta de recursos internos, pero en todos los casos es porque confía en que le va a ayudar a alcanzar sus objetivos. 

Para ello, la transparencia, sinceridad y la honestidad, como ya comentamos en otro momento son fundamentales. Decir a todo que sí para que el cliente no se enfade, no es una solución, puede ser el comienzo de un problema.

Por un lado, el consultor de comunicación debe convertirse en parte del equipo de la compañía, y así es como debe verlo la empresa y el propio ejecutivo de la cuenta. Hacer piña con el director de marketing o de comunicación es clave para que el trabajo salga bien porque será la base de la confianza.

Y por otro, en esa relación estrecha que se debe establecer la sinceridad por parte de todos también lo es. Y el respeto por el trabajo que desempeña cada uno como parte de ese equipo nunca debe de olvidarse.

Así que si creamos un equipo, y no somos un proveedor al uso, será más fácil explicar cuáles pueden ser las mejores acciones de comunicación y ver cuáles puede que no sean las más adecuadas. Es que para eso te pagan, porque para eso eres el experto.

Si a un cliente le decimos siempre que sí, seguro que le tendremos muy contento, pero siempre y cuando demos en la diana. Porque si no funciona, si la acción sale mal, la culpa no va a ser del cliente, será del consultor porque no ha hecho bien su trabajo, porque no es tan experto como dice o porque no ha movido sus contactos como debería haberlo hecho. Y entonces se acabó la satisfacción del cliente.

¿Os ha pasado alguna vez que por no decir que no, haya salido mal una rueda de prensa o un evento? ¿Qué opináis sobre el papel que debemos jugar los consultores de comunicación?