En general, todas las compañías deben enfocarse en cuidar al cliente, en mimarle y en tratar de entender sus necesidades. En el caso de las agencias y los consultores de comunicación esta premisa debe formar parte de su ser. El cliente de una agencia va a necesitar confiar y la mejor manera de demostrar que puede hacerlo es mediante campañas personalizadas y un especial cuidado en la gestión de la cuenta.

Cuando un equipo de comunicación externo empieza a trabajar para una compañía además de aprender todo lo posible sobre la cuenta, objetivos, público al que se dirige, etc. también debe estar pendiente de otros detalles que a veces pueden pasar desapercibidos:

– Crear equipo. Es clave para establecer relaciones de confianza entre las partes. Facilitará la comunicación, la puesta en marcha de proyectos y los buenos resultados. Para una empresa, la implicación del consultor en su negocio es básica para confiar en su trabajo.

– Ser proactivo. La empresa no siempre puede estar tan disponible como nos gustaría a los consultores. En ese caso, buscar temas y proponer acciones que no impliquen tiempo para los responsables de comunicación y marketing facilitará que el trabajo salga y se vea el valor diferencial que aporta la externalización de este servicio.

– Escuchar al cliente. Si no escuchamos las necesidades de las empresas para las que trabajamos, no podremos entenderlas y no podremos buscar soluciones. Por ello, es importante hablar con el cliente y ver en qué podemos ayudar.

– Buscar soluciones. En ocasiones, las cosas no siempre salen bien. Podemos tener una mala convocatoria o una mala cobertura de una información, pero aquí la experiencia nos dice que siempre buscar una solución será el mejor camino.

– Personalizar las acciones. Desde el primer día en que hay que hacer una propuesta, hay que desarrollarlo de forma personalizada. El cortar y pegar no es una buena solución. Incluso en empresas del mismo sector, es importante tener en cuenta la idiosincrasia de cada compañía.