No hace mucho, una compañera de un curso me decía que no soportaba la publicidad online, que era insufrible. Otro compañero explicaba que él había instalado un adbloquer para evitarla porque le resultaba también molesta. Estos comentarios no son una excepción, al contrario, aunque no es una muestra representativa, sí que la podríamos generalizar y no nos estaríamos equivocando.

Ahí están los estudios que señalan el cada vez mayor uso que hacen los internautas de los bloqueadores de anuncios y el menor caso que se hace a la publicidad online. Últimamente, se escribe mucho y se leen distintos informes sobre la rentabilidad para medios y anunciantes de este tipo de publicidad.

En este sentido, creo que hay que hacer una serie de reflexiones:

• El problema de la publicidad online no radica en los formatos, sino en cómo se utilizan. El hecho de que en ocasiones sea una publicidad intrusiva, que corte la lectura del contenido o que se convierta en un incordio, es su mayor enemigo. Entonces es cuando se recurrirá al uso de adbloquers. Las artimañas se penalizan y no creo que al anunciante le beneficie. Tampoco al medio.

• La publicidad es necesaria. Los medios digitales necesitan ingresos para poder sobrevivir. Como ya he dicho en varias ocasiones, los medios son negocios, no son ONGs, y los periodistas no trabajan por amor al arte. Una de las maneras de obtener esos ingresos es a través de la publicidad online, sobre todo, cuando nos hemos acostumbrado a no pagar por la información. No hace mucho pagábamos por comprar un periódico. Hoy pocos son los que se acercan a un kiosco a comprar el diario.

• Para los anunciantes y marcas, hay momentos en que la contratación de una campaña de banners les puede ayudar a llegar a sus públicos más cercanos a un coste menor que utilizando otras herramientas. Siempre y cuando el perfil de su público esté bien segmentado y el medio encaje con sus necesidades, claro.

• Es cierto que estamos tan acostumbrados a la publicidad online, que muchas veces no la vemos. Pasa desapercibida. En ese caso, utilicemos la creatividad, pero no las triquiñuelas.

• Y aprovechemos que hay muchos usuarios que sí están dispuestos a ver publicidad online. Según el  III Estudio Anual de TV Conectada y Vídeo Online de IAB Spain, un 75% de los internautas vería publicidad a cambio de contenido gratuito.