Branded Content, Transmedia,..: sólo funcionan si el contenido es bueno

Que el contenido es el rey, no lo niega nadie. Que actualmente se ha convertido en el eje de la comunicación y el marketing de las empresas tampoco. Sin embargo, nos empeñamos en colocar etiquetas y en distinguir entre unos términos y otros cuando al final el objetivo es el mismo: atraer a tu público mediante contenido de su interés.

En los últimos tiempos han surgido numerosos “palabros”: branded content, transmedia, marketing de contenidos, storytelling... Y todos tienen la misma meta. Hay quienes establecen diferencias entre unos y otros, quienes creen que unos están más enfocados en entretener y otros en informar, otros que aseguran que son evoluciones. Sin embargo, no funcionan si el contenido no es de calidad.

En el caso del Transmedia, el mejor ejemplo es el de la serie de televisión El Ministerio del Tiempo. No sólo está la narración de los distintos episodios, sino que tienes la posibilidad de conocer parte de ese relato a través de otros formatos o contenidos. Por ejemplo, audios de uno de los protagonistas que te da pistas sobre su vivencia de forma paralela a lo que se sucede en la serie, la creación de pequeños vídeos de otro de los personajes o el desarrollo de una Intranet con más contenidos relacionados.

El Ministerio del Tiempo da para un post o incluso para más por la cantidad de acciones paralelas de la serie que juntas forman un engranaje perfecto. Es una campaña de comunicación y promoción fantástica que rompe los parámetros tradicionales a los que estamos acostumbrados. Sin embargo, entre otras cosas lo consigue, porque es una ficción de gran calidad.

En cuanto al contenido de marca o branded content el ejemplo recurrente es el salto estratosférico de Félix Baumgartner patrocinado y promovido por una conocida marca de bebidas que le dio como vemos muchas alas. La idea es que en vez de vender la marca de forma tradicional, se venda un contenido entretenido y atractivo para el consumidor en múltiples formatos. Os recuerdo que la hazaña de Baumgartner fue retransmitida en directo por las principales cadenas de televisión y ocupó portadas y portadas de diarios y revistas.

En el caso del salto, el logo de Red Bull estaba tan visible que si eras un poco avispado te dabas cuenta de que la compañía del toro rojo estaba detrás del salto. Sin embargo, el protagonismo no lo tuvo la bebida energética. La idea es que la marca se diluya entre el contenido y pase desapercibida.

El branded content tiene como base nuestro afán por buscar contenido afín a nuestros intereses y aficiones. Puede ser en forma de vídeos, noticias, posts, aplicaciones, concursos, etc. Las marcas lo saben y están apostando por formas distintas de llegar a sus clientes finales, pero como digo, destacando el contenido.

Y por poner un ejemplo de marketing de contenidos podemos hablar de desarrollar una web o un blog donde se publican informaciones sobre una temática. Por ejemplo, una empresa dedicada a las finanzas, crea una Web (similar a un medio de comunicación) en la que de manera periódica publica datos del sector financiero, acuerdos entre empresas, legislación, etc. El protagonismo, de nuevo, no lo tiene la marca. De hecho, quizá la única alusión a la empresa sea la utilización de los colores corporativos. (Dejando a un lado el Quiénes Somos o el Aviso Legal de la página, que ahí sí que aparece quién está detrás del site).

De cualquier forma, como vemos, el contenido es clave, lo llames como lo llames.

Aunque por poner un pero, me preocupa que en estas acciones la línea se diluya por completo entre el contenido pagado y el que no lo es. Creo que no dejar claro qué está patrocinado puede generar desconfianza. Y eso, por ejemplo, en un medio de comunicación, puede significar más perder que ganar.

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