Una de las tareas básicas de los departamentos y las agencias de comunicación es realizar propuestas a los medios. Y me refiero a proponer temas, entrevistas, desayunos, encuentros,… el fin es estrechar las relaciones entre las empresas a las que representas y la prensa (escrita, digital, audiovisual). 

Ya hemos hablado de cómo debes conocer los distintos medios, al igual que debes saber cuáles son los más adecuados para llegar al público objetivo. Una vez que tienes esto claro, hablas con el medio y haces la propuesta. Y ahí empieza un camino hacia la respuesta.

Un camino que a veces se hace muy largo hasta que consigues llegar a la meta. Cuando haces una propuesta, normalmente necesitas saber si es de interés o no. Si es que sí, entonces tendrás que poner la maquinaria en marcha: gestionar citas o preparar información o cerrar un encuentro, etc. Si es que no, es mucho más importante aún, porque tendrás que avanzar por otra dirección. Tendrás que dar marcha atrás o buscar otra alternativa.

El problema es cuando no hay respuesta. En general, somos muy dados a eso de dar largas. Que si no lo he visto, que si envíamelo de nuevo, que si no me ha llegado, que si se ha debido traspapelar, que si tengo el correo colapsado… eso cuando alguien te dice algo. Y aquí se vuelve a alargar el proceso, porque vuelves a empezar.

Ya expliqué un día que a veces las cosas parecen fáciles y no lo son, parece que todo se consigue rápidamente y no es verdad. El día a día del consultor, ese que está en el medio como el miércoles, a veces es frustrante. ¡Qué importantes son las respuestas!