Comunicación, marketing e influencers

Hoy quiero dedicar el post a ese nuevo perfil que arrasa en las redes sociales y también en los departamentos de marketing y comunicación de las empresas: el influencer. Dícese de aquél usuario de las redes sociales con muchos, muchísimos seguidores – fieles o fans – que son buscados e incluso contratados por las marcas para prescribir sus productos o servicios. 

Su éxito radica en su capacidad para influir y conseguir generar visitas a la web de quien le contrata o incrementar incluso las ventas. No tienen porqué ser famosos o personajes conocidos más allá de las redes sociales, donde está su ámbito de actuación. Únicamente, me asalta una duda: si al igual que con la publicidad tradicional, ¿no nos gustaría saber si lo posteado es fruto de una opinión personal o de un acuerdo comercial?.

Según el Estudio Anual Redes Sociales 2016 de IAB Spain, un 85% de los usuarios de redes sociales dice que sigue a influencers en las redes sociales y un 71% únicamente lee el contenido publicado por los influencers. Las redes que más se utilizan para este fin son Facebook, Twitter, YouTube e Instagram.

Como vemos, las redes sociales han hecho aparecer un nuevo perfil, el de aquél que es capaz de influir en la opinión de otros. Es una evolución del boca a boca tradicional, pero más tecnológico y con mayor capacidad de difusión. Sin embargo, no si es ético obtener una remuneración por decir lo estupendo que es un producto sin avisar a la audiencia de que es un trabajo pagado.

Siempre estamos tratando de establecer líneas entre lo que es contenido informativo y lo que es publicidad o contenido pagado. Si es necesario hacerlo en los periódicos o revistas donde debe indicarse que se trata de publicidad, publirreportajes o patrocinio, por qué no también en las redes sociales.

Por ejemplo, en Twitter puedes promocionar tuits e incluso hashtags, pero ¿qué pasa con los posts pagados a los influencers? Es cierto que en España no somos muy dados a eso de remunerar a los influencers, aunque sí se trata de conseguir que prescriban tus productos o servicios. Según el informe de Augure “Estatus y prácticas de las relaciones con Influencers en 2015” el 12% de los directores de marketing en nuestro país los remunera de forma habitual y un 25% no les paga nunca.

Asimismo, este estudio señalaba que el 84% de los profesionales de marketing y comunicación contemplaban realizar al menos una campaña que implicara a influencers en los próximos 12 meses. Por tanto, el influencer es aquél del que todas las marcas quieren ser amigas – para que hablen bien de sus productos. La pregunta es, ¿cuándo es una opinión desinteresada y cuándo no?

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