Seguro que no nos comportamos igual con nuestros amigos, que en una reunión de trabajo. Seguro que no utilizamos las mismas expresiones e incluso cambia nuestro lenguaje corporal. Digamos que adecuamos nuestro mensaje al contexto en el que nos encontramos.

¿Hacemos lo mismo en la comunicación empresarial? ¿Y en las redes sociales? No es lo mismo leer un periódico que escuchar una noticia en la radio o que seguir el timeline de Twitter.

Sin embargo, parece que a veces se nos olvida y prima la rapidez y la automatización ante la elaboración de contenidos específicos. ¿Hablamos igual en Twitter que en Linkedin? Para empezar en una tenemos limitado los caracteres, mientras que en otra no te tienes que preocupar por ese detalle.

A esto, le debemos sumar otro aspecto muy importante y es, ¿quiénes son tus contactos? ¿Quién te lee?

En Linkedin la mayoría de los perfiles son profesionales, así que puedes tener entre tus contactos, compañeros de profesión, competencia e incluso a tu jefe o a tu futuro cliente. La información que ofrezcas, la periodicidad con la que lo hagas y la manera en que lo lleves a cabo será muy importante para ampliar tus redes, conseguir recomendaciones y que nadie te quite de su Timeline.

Que no se nos olvide tampoco, que en Twitter no sólo nos leen nuestros seguidores, cualquiera puede leer nuestros “tuits”. Hagamos de esto una ventaja para expandir nuestro mensaje a través de los #hashtags y de los Trending Topics para ganar nuevos seguidores y si son de calidad, mejor (es decir, son los que nos interesan que nos sigan).

Y no podía terminar el post sin hablar de Facebook, utilizada mayoritariamente para contactar con amigos o con personas más cercanas. Cuidado, si tienes contactos de diversa índole como familiares o antiguos compañeros del colegio, mejor crea grupos para separar lo que compartes.