Convocar una rueda de prensa y que no acuda nadie o peor que acuda sólo un periodista. Organizar un evento y que falle el invitado principal que además tiene que abrir la jornada. Presentar una novedad a la prensa con la sala llena y que el producto en cuestión no funcione…

¡Qué divertido! Pues son algunas pesadillas que se pueden hacer realidad y que pasan por la cabeza de los responsables de comunicación, jefes de prensa o consultores… Y hay un montón de cosas más… entrevistas a las que no acude el entrevistado, comidas con medios donde te fallan la mitad y ya tenías pagados todos los cubiertos, videoconferencias que no se oyen…ni se ven…

Alguno pensará, bueno, con una buena planificación, todo se soluciona. Teniendo todo controlado, estas cosas no pasan. Pues sí, pasan, porque nuestro trabajo es impredecible. ¿Sabéis que se pueden tener 20 periodistas confirmados – de verdad -y que al día siguiente te fallen 15? (si otra empresa u organismo convoca de urgencia para un tema más importante, ya te estás despidiendo de tus confirmados y más ahora cuando los recursos en las redacciones son los que son).

Además, siempre hay atascos, accidentes en las carreteras que colapsan la ciudad, una nevada inoportuna o una urgencia médica. Así que sí, lo puedes tener todo de lo más controlado posible, que si está de pasar… poco vas a poder hacer. Bueno, ya sabemos, buscar siempre la mejor solución. Porque claro, si estas pesadillas se hacen realidad no te queda otra que apechugar y “tirar pa’lante”.

Lo bueno de estas cosas es que no suelen ser lo habitual y que normalmente las cosas salen como lo has planificado, que el entrevistado acude a la cita, que los que han confirmado están al día siguiente en la rueda de prensa y que normalmente a las comidas suele venir todo aquél que dice que viene.

Pero eso no quita que te lleves el disgusto cuando la pesadilla se convierte en realidad y que en algún momento sea un pensamiento que pase por tu cabeza…