Y la comunicación interna, ¿para cuándo?
Que es necesario que las empresas comuniquen, sí, que tengan su gabinete de prensa, que inviertan en medios, que estén presentes en las redes sociales… sí a todo… pero sin descuidar otros aspectos como la comunicación interna.
De poco sirve decirles a todos los demás que eres una empresa estupenda, si los primeros que no lo saben son tus empleados. Creo que el recurso más importante en una organización es su capital humano. Y que este esté motivado, comprometido y sea productivo es fundamental para la buena marcha del negocio. La comunicación interna – además de por supuesto, unas buenas condiciones laborables – es una herramienta que ayuda a mejorar la percepción de los empleados y a sentirse parte del proyecto.
Pensemos en una empresa que se gasta mucho dinero en campañas de marketing para fidelizar a sus clientes, estar presente en eventos, conseguir leads, tener presencia en medios, etc., pero que descuida todo lo relacionado con sus empleados… por ejemplo, que ni si quiera saben la próxima feria a la que se va a acudir… Hay que tener en cuenta que muchos de los empleados (empezando por la recepción) hablan con posibles clientes, así que saber qué mensajes se pueden emitir o qué acciones se pueden contar es beneficioso para la compañía.
No olvidemos que los empleados son el cliente interno por lo que también deben conocer aspectos de la empresa: resultados, alianzas, acciones de marketing, aperturas, nuevos productos…
Y da igual el departamento al que se pertenezca, tiene que haber una comunicación desde la dirección hacia el resto de la empresa, pero también, al revés. Se trata de establecer un canal en el que todos puedan expresar sus opiniones o enviar sus sugerencias. Debe haber una comunicación bidireccional.
A pesar de que este tipo de acciones suelen surgir de los departamentos de RRHH, el apoyo por parte de la dirección de comunicación – dependerá del tamaño de cada empresa – es muy importante para ajustar tiempos, mensajes y producir contenido. Newsletters, intranets, buzones de sugerencias, circulares, reuniones corporativas,… todas estas acciones son parte de la comunicación interna de las organizaciones. Estandarizarlas, planificarlas y hacer de ellas una constante es una forma de hacer partícipes a todos de un proyecto común.
Además, en un mundo tal global, donde los mensajes vuelan y se difunden a velocidades de vértigo, hay que tener muy claro que toda la empresa debe ir en una misma dirección. Cualquiera puede escribir un tuit, por poner un ejemplo, así que mejor que esté alineado con la compañía. Y para eso hay que utilizar la comunicación interna. De nada sirve cuidar los contenidos desde el departamento de marketing, si luego sus empleados no saben que los pueden utilizar o dónde están disponibles….
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