No hace falta ser Darth Vader para trabajar en el Lado Oscuro. Muchos de los que nos dedicamos a esto de la comunicación ya estamos en él. Podríamos decir que en el sector es como se denomina a los periodistas que trabajamos en agencias o en gabinetes.

No siempre se nos ve como periodistas, más bien como a alguien que se ha pasado al enemigo y que se dedica a escribir lo que le dictan las empresas – que vendrían a ser como el Emperador de la saga galáctica.

Hay algunos que se dejan tentar desde el principio porque les parece una profesión apasionante, otros se pasan al lado oscuro porque no tienen otro remedio y hay incluso quien quiere probar nuevas emociones y deciden dejar de ser periodistas intrépidos cual Jedis para colaborar con las fuerzas del mal. Y en este caso, me alegro mucho, porque entonces significa que la percepción está cambiando.

En realidad, creo que ni el lado oscuro es tan malo, ni tan oscuro, y los periodistas intrépidos suelen serlo poco la mayoría de las veces y también pueden estar bajo el mandato de jefes tan malévolos como el mismísimo Canciller Palpatine. Así que ni unos somos tan malos, ni otros tan buenos.

Tengo que reconocer que mi propia imagen sobre los periodistas digamos, corporativos, ha ido cambiando, conforme he trabajado en ello. Ser corresponsal de guerra o enviado especial queda para algunos pocos. Y somos muchos los que hemos salido de las facultades de periodismo para desarrollar un trabajo que cada vez da menos puestos de redacción en medios. Así que unos por vocación y muchos otros por necesidad hemos hecho de los gabinetes de prensa o de las agencias de comunicación una profesión incluso deseada por otros periodistas.

Y, reitero, me alegro. Cada vez son más los profesionales que conozco que por decisión propia deciden dar el salto. No son unos traidores, ni están comprados por las marcas. En realidad, tenemos más cosas en común de lo que pudiera parecer. Además, creo que en esto de la comunicación, si eres periodista, has trabajado en medios y conoces la profesión es más fácil poder realizar tu labor y saber dónde están los límites de lo que se puede o no hacer.

Hace tiempo me preguntaba si el consultor de comunicación nace o le hacen. Espero que cada vez más, sea la primera opción.