La encuesta del Informe Anual de la Profesión Periodística de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) pregunta desde hace unos años si la comunicación corporativa se podría considerar una actividad periodística. Y siempre, incluida la última edición, refleja dos puntos de vista: el de los periodistas y el de los comunicadores. Dependiendo del lugar en el que se esté, la percepción cambia.

En la edición 2023, un 57% del total de profesionales consultados declaró que no, que la comunicación corporativa no forma parte de las actividades periodísticas. Un porcentaje que aumenta hasta el 67% cuando son periodistas que trabajan en los medios quienes responden. Si la pregunta es contestada por aquellas personas dedicadas a escribir notas de prensa, entonces gana el sí con un abrumador 64%.

Pero no solo hay que decir sí o no, también hay que argumentar la respuesta y el cuestionario nos da varias opciones. Estas son las más señaladas en la última edición:

• Es una actividad periodística porque:
  • comunica contenidos a terceros (78%)
  • utiliza las mismas herramientas que el periodismo (38%)
  • la pueden realizar periodistas (28%)

• No es una actividad periodística porque:
  • no informa sobre la actualidad, sino en función de los objetivos de la empresa (88%)
  • los contenidos no se eligen en función de los intereses de quien recibe la información (26%)
  • no comparte los principios éticos del periodismo (27%)

Aunque no siempre ha ganado el no. Echando la vista atrás a otras ediciones de este informe, nos podemos remitir a las de 2016 o 2018 cuando el sí ganaba y los porcentajes se invertían. En aquellos años, el 55% y el 54% del total de los profesionales encuestados, respectivamente, sí consideraban la comunicación corporativa parte del periodismo.

La realidad es que el periodismo es comunicación y que muchos periodistas nos dedicamos a la comunicación corporativa, lo que hace que utilicemos técnicas periodísticas para llegar no solo a los destinatarios de nuestros mensajes, también al público en general. 

Efectivamente, informamos de las actividades de las empresas para las que trabajamos, pero si hacemos bien nuestro trabajo, nos convertimos en fuente de conocimiento para la sociedad. 

El problema de la comunicación corporativa está en ciertas prácticas que deberían desterrarse: llamar constantemente a los periodistas para ver si reciben nuestras notas; presionar para que publiquen una información de un cliente; o enviar folletos comerciales disfrazados de noticias.

Un último apunte sobre el Informe Anual de la Profesión Periodística de la APM: en 2023 la Encuesta Profesional la han respondido 1.282 profesionales asociados a las distintas entidades que conforman la FAPE, más los de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), incluido el Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC), la Unión General de Trabajadores (UGT), y aquellos pertenecientes a las asociaciones de periodistas especializados (APIE, API, APP, APIA, APAE y ANIGP-TV).