“Vender humo” solo tiene un resultado en comunicación

Si por regla general, lo más conveniente suele ser la honestidad, en el caso de la comunicación, aún lo debería ser más. Vender humo, exagerar, crear falsas expectativas sólo lleva a un sitio: al fracaso. Para empezar, se pierde credibilidad, algo que requiere bastante esfuerzo y años de trabajo. Y esa pérdida de fiabilidad se puede convertir en pérdida de clientes y, en definitiva, hacia una pérdida de rentabilidad.

En las compañías es necesario no sólo establecer códigos éticos en relación con sus estrategias de negocio, su cadena de producción o sus recursos humanos. También en lo que concierne a los mensajes que emite, es decir, a su comunicación.

En ese código ético, hay desterrar malas pautas como mentir o exagerar. A lo mejor estas tácticas dieron resultados en otros momentos – aunque lo dudo – pero es que hoy, cuando borrar el rastro digital es casi imposible, todo permanece.

Una estrategia de comunicación basada en la honradez y honestidad del mensaje, en la veracidad de lo que se cuenta, donde los argumentos se apoyen en datos y en información contrastada, no fracasará, y sobre todo, no dejará un poso que luego sea imposible de quitar.

Cuando una empresa pierde su buena imagen, es decir, cuando su reputación se ve dañada, volver a recuperar su credibilidad lleva un importante esfuerzo que no siempre da resultados.

Así que lo mejor es no vender humo, no mentir y comunicar noticias reales y no “fake news” que sólo pueden hacer daño.

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