Una de mis frases favoritas en esto de la comunicación es esta: Quien no comunica, no existe. Y tiene que ver fundamentalmente con la visibilidad de la marca. ¿Cuántas compañías ven cómo les cuesta hacerse un hueco porque nadie les conoce? Por supuesto, que un buen producto y una buena estrategia comercial y de marketing es clave.

Sin un buen producto o un buen servicio de nada sirve la comunicación y sin un plan de negocio poco se puede hacer. Pero tampoco nos creamos que con una nota de prensa vas a vender más. Todos son elementos que en conjunto hacen que la compañía crezca y que tarde o temprano eso se refleje en la cuenta de resultados. Debe ser un engranaje perfecto.

La relación directa entre comunicación y ventas para mí no está tan clara. Y aquí va un ejemplo: de poco sirve enviar notas de prensa sobre un producto, hacer una rueda de prensa de lanzamiento o enviar muestras a los periodistas si no tienes un canal de distribución adecuado y nadie encuentra tu producto. ¿Sabéis qué pasa entonces? Que si lo ves anunciado en televisión o en una revista y te acercas a comprarlo y no lo tienen, puede que termines comprando el de la competencia.

Así que antes de poner en marcha cualquier estrategia de comunicación, rrpp o publicidad, lo primero es asegurarte de que si hay demanda, se podrá satisfacer.

Y, por favor, a todos aquellos que quieran vender un producto, no os lancéis antes de tiempo. Porque quien no comunica, no existe, pero quien comunica antes de tiempo, se estrella y no consigue los objetivos.

Vamos a empezar la casa por los cimientos. Ah esto va para las agencias y los consultores de comunicación externos: seamos realistas y honestos y no nos dejemos llevar. Al final, sale mal.

Pero sí que es cierto, que si ya tienes tu estrategia comercial asentada, que has puesto en marcha un buen plan de marketing, la comunicación es una herramienta fundamental para ayudarte en el posicionamiento de la marca. Y para dar a conocer tu producto y servicio y que este llegue a tus clientes. Siempre, desde la honestidad, la transparencia y un plan. Y dejemos la improvisación para cuando sea necesario.