Cinco malas prácticas rutinarias en comunicación

Hoy el post está dedicado a todas esas prácticas que poco favorecen el trabajo de comunicación. Por un lado, suelen tener poco éxito y, por otro, suelen contribuir a que tengamos mala imagen entre los periodistas. Cuando decimos que los de la comunicación estamos en el lado oscuro, a veces, es por cosas como estas.

En esta entrada del blog destacamos hoy cinco de esas, digamos, malas prácticas, que en algunas agencias y departamentos de comunicación se han convertido en norma de la casa.

Y vamos a dejar para otro post aquellas menos éticas como llamar a los periodistas para que no publiquen ciertas informaciones, presionarles o chantajearles con dejar de hacer publicidad en sus medios o mentir en las entrevistas. Por supuesto, todas ellas reprobables y que quien las practica o no conoce el sector o directamente es un mal profesional.

Hoy nos centramos en aquellas que están más extendidas y que aunque no son tan graves como las mencionadas, pueden convertirse en un incordio y, por tanto, en algo a evitar:

Llamadas de seguimiento o más bien llamadas para saber si la nota se va a publicar. Es verdad que hay momentos en los que la información es importante y tienes que apoyarte en una llamada para saber si el periodista la tiene y la puede valorar. El problema es cuando de manera sistemática se envía la información y se llama. Lo único que conseguimos es molestar y enfadar al periodista.

Enviar una y otra vez la misma nota de prensa. Sí, sí, la misma. Como si la primera vez no hubiera valido. Creo que el único resultado que consigues es que tu información empiece a no tener valor.

Notas de prensa comerciales. Una nota de prensa es una noticia sobre la compañía: inversiones, aperturas, informes, nombramientos, etc. Tienen que contar algo, pero lo tienen que contar de una manera periodística. Empezar con “empresa líder” no suele ser lo mejor. Por favor, tratemos de acabar con esta práctica. Y evitemos todos aquellos adjetivos calificativos que normalmente sobran y que le hacen más mal que bien a la información.

Tribunas de opinión donde se menciona constantemente la marca. Una tribuna de opinión debe ser un texto en el que un experto muestre su punto de vista sobre un tema, normalmente, de actualidad. Hablar de los productos o servicios de la compañía hará que termine en la papelera y que hagamos perder el tiempo al periodista. Al igual que con las notas, evitemos el estilo comercial. Escribir un artículo de opinión no es escribir un folleto para el área de ventas.

Bases de datos desactualizadas o no específicas. En muchas ocasiones falta tiempo para una tarea tan importante como es la actualización de las bases de datos. Y, en este sentido, hay dos problemas, por un lado, la alta rotación en las redacciones da lugar a que el contacto que teníamos ayer en medio año puede que ya no esté o que no seamos capaces de hacer una buena selección de medios y enviemos notas de motor a los medios de textil…

 

 

 

 

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